SEMANA DE LA FE:
“Familia y fe”.
El pasado sábado 27 de abril,
enmarcado en la semana de la fe y respondiendo a la convocatoria del Papa de
vivir un “año de la Fe” celebramos en
Valladolid, el día dedicado a la “Fe y Familia.”
Otros años, en torno al mes de
febrero, se venía celebrando la semana de la familia. Esta es la primera vez
que se inserta, en una semana en la que han participado distintas delegaciones
de nuestra Diócesis (enseñanza, catequesis, vocacional, misiones, servicio,
salud, jóvenes…). Y desde mi punto de
vista puedo decir que ha sido todo un éxito. Agradecer desde aquí a D. Ricardo
su presencia todos los días a lo largo de la semana.
La jornada la preparó con cariño
y entusiasmo la
Delegación de Familia.
Se desarrolló en el Seminario Diocesano, dónde en todo momento pusieron los
medios para el buen desarrollo de la misma. Y aunque el día fue gélido (incluso
vimos caer copitos de nieve) podemos decir que resultó cálido, acogedor,
cercano, alegre, festivo, completo y muy muy familiar.
Tuvimos un tiempo de acogida de 11:00 a 11:30 en el que unos y otros
nos fuimos encontrando con “caras” conocidas, y los que llevamos niños, los
fuimos dejando en manos de los voluntarios que
les cuidaron, divirtieron y trabajaron con ellos. Digo esto porque a los
padres cristianos nos encanta que mientras que estamos reunidos, las personas
que cuidan de nuestros hijos además de juegos (que hicieron y disfrutaron)
trabajen, “un poquito”, algo más con ellos (y con este poquito, me refiero a
algo paralelo a lo de sus padres, según edades, circunstancias…que tengan una
pequeña catequesis…). El fruto del trabajo los niños lo entregaron en el
ofertorio de la Eucaristía, dónde los monitores siguieron atendiendo a los
niños.
Los voluntarios a los que también
agradezco su labor, eran voluntarios animados desde el COF, (con los que habían
colaborado en otras ocasiones para recogida de pañales…) de un grupo de voluntariado que hay en 1º Bachillerato
(aunque algunos eran también de cuarto de la ESO) de las Jesuitinas. Yo me sorprendí al ver que al dejar a los niños
los voluntarios les conocían… y al preguntar que de qué, me dijeron…”¡¡¡Es que
son niños de nuestro colegio!!!”. ¡Qué alegría ver a nuestros hijos más
jóvenes, dedicando todo un sábado, en estas tareas!
A las 11:30 la charla-
coloquio “La Familia transmite la fe”. ¡¡Buenísimos ponentes!! Y…de nuevo
otra sorpresa. El matrimonio que la desarrollaba perteneciente a los Equipos de
Nuestra Señora, de los que nosotros formamos parte. Fernando y Cristina, de Madrid, veinticinco años casados, padres de cinco
hijos y muy comprometidos.
Pertenecientes a la Parroquia de Nuestra Señora del Consuelo, Secretario de la
subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal, especialistas en
Pastoral Familiar por el Instituto Juan Pablo II, monitores de los cursos de
afectividad y sexualidad, ingenieros ambos y él además maestro… y …supongo que
un sinfín de cosas más que ahora mismo no viene a cuento mencionar.
La transmisión de la fe en la familia: ideas básicas, sentido, visión
cultural – pastoral, retos, qué respuestas dar, qué queremos trasmitir,
testigos, testimonios, catequesis familiar (en casa), formación en la fe, vida
familiar, recetas, esperanza…y la búsqueda de provocar, suscitar ante todo una
reflexión para la acción, para el cambio, que la charla no nos lleve a ningún
sitio, que no sea una charla más. Pregunta,s ecos..Como digo, estuvo muy bien,
fue estupenda desde la cercanía, aunque quizá para el gusto de muchos, (incluso
de los ponentes), muchos aspectos se vieron muy por encima, “ideas”, debido a
lo limitado del tiempo.
A continuación la Eucaristía presidida
por nuestro Arzobispo, D. Ricardo Blázquez y concelebrada por el Vicario
General D. Luis Argüello, el delegado diocesano de Familia Fernando García Álvaro
y otros sacerdotes de nuestra diócesis. Animada por el Coro Diocesano de Adultos y con la organista Pilar Cabrera.
De la misa a la mesa…riquísima paella
(que muchos repitieron) con helado de postre. ¿Qué niño o adulto no comió
bien?. Como en muchos hogares…los domingos comida familiar y paella.
Después de la comida tiempo para
la diversión: hinchables, música, y pintura de cara…iba a decir para los
niños, pero…¡para todos! Porque hasta el delegado de Familia y párroco de
Pilarica abrió camino a los padres, siendo el primer adulto en tirarse por el
tobogán hinchable.
Y…finalizamos con Magia,
dejando por un ratito desiertos los hinchables, en familia disfrutamos de una
buena y divertida actuación de magia. Algunos niños, después volvieron a los
hinchables y los padres aprovechamos para…conversar de profundos e interesantes
temas con gente profunda e interesante.
De verdad, un día de descanso, de
fiesta, de alegría para todos. Agradecer de nuevo, cómo no, todos los
implicados en la celebración de este día su granito de arena que mereció la
pena: los movimientos de la Delegación de familia, Seminario, Monitores
Voluntarios, Coro, Organista, Delegado de Familia, Arzobispo, Los magos, la
empresa de los hinchables, el cáterin, los ponentes…y a todas las familias que
allí se congregaron, y que nos hicieron VIVIR UN DÍA DE FAMILIA Y FE.
Os dejo con unas palabras de
Teresa de Calcuta (incluidas en un libro “El Talking Manager“, de Álvaro
González-Alorda, que me ha pasado un amigo madrileño que acaba de leérselo:
“—Así que queréis cambiar a la
gente. Pero ¿conocéis a vuestra gente? ¿Y les queréis? Porque si no
conocéis a
las personas, no habrá comprensión, y si no hay comprensión, no habrá
confianza, y si no hay confianza, no habrá cambio.
» ¿Y queréis a vuestra gente? Porque si no hay amor en lo que
hacéis, no habrá pasión, y si no hay pasión, no estaréis preparados para asumir
riesgos, y si no estáis preparados para asumir riesgos, nada cambiará.
» Así que, si queréis que
vuestra gente cambie, pensad: ¿conozco a mi gente?, ¿y quiero a mi gente?”
“Transmitamos la fe, buscando la
felicidad en clave de Amor, en la familia y allá dónde nos encontremos”
Montse.
Como todos los años, una año más, nos embarcamos en la aventura de compartir con los que más lo necesitan.
Llenarlo de alimentos, de esperanza, de cariño, de solidaridad. Hacer un pequeño esfuerzo y dejar parte de mi propina en algún alimento o producto que rellene el castillo solidario del colegio. Que no solo sean los padres los que colaboren, sino que nosotros también aportemos nuestra "pequeña semilla, nuestro pequeño granito". Entre todos seguro que conseguimos ayudar a un montón de familias.
